Más allá de los besos.
Jimin entró a su casa con sigilo, ya era de madrugada, alcanzó el primer escalón de las escaleras rumbo a su recámara, cuando la luz de velas lo sorprendieron.
—¡Mamá! ¡Papá! —exclamó sorprendido—. ¡Casi me matan de un susto!
—¿Susto? —comenzó hablar la señora Park—. ¡Susto en que nos tienes a tu padre y a mí! ¿Qué son estas horas de llegar?
—Les pedí que no se preocuparan por mí, que tendría a amigos que me cuidarían.
—Taehyung puede ser buen amigo —dijo el señor Park—. ¿Y Jeon Jungkook?
Jimin abrió los ojos como platos.
—¿Cómo supiste que también asistió Jungkook?
—Jeon Yeji.
—Comprendo, bueno... lo que sucede es que... yo no le di importancia a su presencia, él sólo quería supervisar. ¡Supervisar los movimientos financieros que hice! ¡Sí, eso fue! Y-Y así poder evaluarme si lo realicé correctamente.
—Si no mal recuerdo, eso fue lo que te ofrecí, cuando me platicaste del pequeño negocio que acordaste con la señora Choi.
—B-Bueno, es que... ¡Fue una tarea que le encargó su profesor! ¡Sí! Supervisar una transacción y revisar sus aciertos y deficiencias.
—¿Mmm? —murmuró el señor Park sobándose el mentón—. Primero te hacen ser su secretario, ¿ahora eres parte de su tarea?
—Jimin, hijo —habló nuevamente su mamá—. ¿La petición de mano de Jungkook, sigue en pie?
—La verdad, no lo sé... no hemos vuelto a hablar de eso.
—¿Y la vas a aceptar?
Jimin no supo que contestar, esa noche fue especial, no solo por su primer trabajo, sino por la cercanía que tuvo con Jungkook.
—¿Aceptarás de vuelta a tu vida, a un hombre que te hizo sufrir hasta casi consumirte en vida? —preguntó seriamente su padre.
—Necesito... tiempo, no es fácil contestar esa pregunta.
—¿Lo estás pensando? Hace algunas semanas podías contestar inmediatamente un rotundo no. ¿Y ahora necesitas tiempo?
Jimin percibió el enojo de su padre.
—¿Qué es lo que ha pasado, que te ha hecho cambiar de opinión?
Jimin dio gracias a Dios de que la oscuridad ocultara el rubor de que fue preso, no le iba a contar a su padre de los besos que se había dado con Jungkook, quizás los primeros fueron robados, pero los que siguieron ya no lo fueron.
—Por favor papá, es muy tarde, y mañana... hoy tengo que hacer mi tarea, ¿te parece si lo discutimos después?
—No pasará del domingo —sentenció y emprendió la subida de las escaleras hacia las habitaciones.
Jimin llegó a su recámara y se dejó caer en su cama, agotado física y emocionalmente. Aún recordaba que, en el transcurso del viaje del hotel hacia su casa, Jungkook lo había besado otras dos veces más y él le correspondió.
—¿Qué me está pasando? Me he vuelto adicto a sus labios —recordó tocándose los labios—. ¿Y Taehyung y Yoongi? Ese par de tontos. ¿Cómo me convencieron para permitir que sólo Jungkook me trajera de vuelta a casa? —se colocó una almohada encima de su cabeza—. ¡Mierda! ¿Qué voy hacer, qué voy hacer? ¿Podré confiar otra vez en Jungkook? ¿Cómo sabré que es amor lo que siente por mí? ¿O es pura calentura? Cómo la que estoy empezando a sentir, cada vez que se me acerca... ¿Y qué decir de mi dignidad?... El me rechazó, canceló el compromiso. ¿Realmente podré olvidar esa ofensa? —Jimin no pudo conciliar el sueño hasta un par de horas después.
✧✦✧
Jungkook despertó abrazando a su almohada, le había costado conciliar el sueño como nunca en la vida. Inquietudes masculinas lo acecharon y no lo dejaron en paz, todas ellas con la cara y el cuerpo de Jimin.
—Es verdad lo que dijo Jungwon, mi cuerpo ha elegido a Jimin, ya no tengo dudas, es Jimin el que me complementa en todos los sentidos, como amigo, como persona, como pareja. Lo malo es que las malas decisiones que tomé en el pasado me están cobrando un alto precio, no solo me cuesta convencer a Jimin de mi arrepentimiento, ni de que mis sentimientos hacia él son profundos y sinceros. También he perjudicado a su familia... ojalá y no haya tenido demasiados problemas por llegar de madrugada... No creo que los señores Park olviden la ofensa que les hice al rechazar a su hijo. Si me pusiera en su lugar, no permitiría que el hombre que lastimó a mi hijo, volviera a su vida... como si nada hubiera ocurrido, ¡por un demonio! ¿Qué es lo que puedo hacer?
Se levantó de la cama y se metió a bañar, esperando que el agua fría pudiera calmar esas ansias que lo atormentaban, pero sólo recordar lo vivido con Jimin lo volvía imposible, y por más agua fría que utilizaba, no encontraba la tranquilidad.
—Sólo voy a pescar un resfriado —sentenció antes de salir de la tina, se cambió y bajó al comedor, donde se encontraban las anotaciones de Jimin de esa semana, como pudo se concentró en ellas para poder realizar el trabajo que presentaría al día siguiente.
—De algo estoy seguro... amo a Jimin, quiero que sea mi esposo y futuro padre de mis hijos.
✧✦✧
El lunes comenzaba una nueva ajetreada semana en la Universidad y en la facultad de economía.
—Buenos días señor Jeon —dijo tomando su respectivo asiento junto a Jungkook.
—Buenos días joven Park —respondió muy respetuoso, mirándolo a los ojos—. La próxima semana seguramente me quitarán el yeso.
—Significa que...
—Ya no necesitaré de su ayuda para mis apuntes, podrá regresar a sus clases normales, puedo ahora regresarle el favor, le puedo asesorar para tus próximos exámenes.
Por un eterno segundo no pudieron apartar sus miradas, Jimin no entendió muy bien que pasó, pero supo que Jungkook le preguntaría por la postura actual de sus padres respecto a él, pero sin pronunciar palabra alguna.
—Mis padres no permitirían que volviera a frecuentar mi casa, señor Jeon.
—¿Cómo supiste que te iba a preguntar eso?
—No lo sé... lo supuse solamente.
En ese instante la llegada del profesor interrumpió su peculiar conversación, para la mala suerte de Jungkook.
Lamentablemente esa semana se fue como un suspiro, recién le habían quitado el yeso y Jungkook fue a visitar a Jungwon a su oficina, más se sorprendió cuando llegó, pues una visita lo estaba aguardando también a él.
—Tío, ¿cómo estás?
—Jungkook, que bueno que llegas.
—¿Qué le sucede, tío? Te noto nervioso.
—Ya hablé con Jungwon, y le pedí que me dejara aguardar por ti.
—Sigo sin entender.
—¿Podemos hablar con Jungwon, por favor?
Los dos hombres entraron a la sala de juntas, donde Jungkook se intrigó más al ver no solo a su hermano, sino al abogado de su tío. Después de los saludos, se sentaron a escuchar al hombre mayor.
—Jungkook... he decidido nombrarte a ti como mi fiduciario, Jungwon ya aceptó ser mi albacea.
Jungkook volteó a ver a Jungwon, con una gran pregunta dibujada en su rostro.
—¿Qué no se supone que nos libraríamos de los lazos financieros con los Jeon? —y su propio tío fue quien le contestó.
—Sé muy bien que, al comprarme las últimas acciones fue solo una estrategia para alejar a mi familia de los negocios Jeon, no los culpo, yo en su lugar hubiera hecho lo mismo, pero ahora... sólo vengo como cliente, eso no me lo pueden negar, además quieran o no, somos familia.
—Pero... ¿Por qué me escogió a mí para manejar un fideicomiso? Jungwon tiene más experiencia.
—Tal vez tenga más experiencia —habló su hermano—. Pero debido a que no hice mis estudios en una forma convencional, aunque tenga a mi cargo a todo un imperio, no cuento con la acreditación para manejar un fideicomiso.
—Yo no he terminado mis estudios, me faltan algunos años para recibirme —protestó Jungkook.
—Eso bastará para que la misma Universidad avale este contrato.
—Pero...
—Por favor, Jungkook —se atrevió a nombrarlo con su diminutivo—. Yo no confío en nadie más, sólo en ustedes dos para salvar a mi familia de sí misma.
—¿Qué dicen su esposa y sus hijos?
—Por supuesto que no están de acuerdo, pero si seguimos como hasta ahora, mi fortuna desaparecerá antes de que yo deje este mundo.
—Tengo aquí un borrador, para que lo estudien, y puedan decidir —intervino el abogado depositando sobre el escritorio el contrato.
—Nos retiramos —anunció su tío poniéndose de pie—. Por favor, se los pide un hombre desesperado, acepten mi propuesta —dicho lo último salió de la sala de juntas con su abogado.
Una vez que se encontraban solos, Jungkook abrió la boca, no podía creer que su tío lo había escogido a él para manejar su fortuna en un fideicomiso.
—Si acepto, me estaré ligando a Minhyun y Yeji de por vida.
—Según las cláusulas de este contrato, sólo será hasta que nuestros primos aprendan a sobrevivir por sus propios medios.
—Es decir, nunca.
—Quizás nos den alguna sorpresa.
—Perdóname Jungwon si no soy tan positivo como tú, pero he crecido al lado de esos dos y sé que nunca cambiarán.
—Es entonces una decisión difícil de tomar.
—¿Puedo negarme?
—Sí, pero de antemano te digo, que nuestro tío antes de venir con nosotros...
—¿Ya fue a ver a la abuela Misook?
—Si.
—¡Por un demonio! —pegó su frente al escritorio, con las manos en su cabeza.
La secretaria de su hermano entró y les dejó el café a los dos caballeros y salió de la oficina.
—Jungwon, necesito pedirte un gran favor.
—¿Qué sucede?
—Necesito que solicites una cita con el señor Park.
Jungwon casi se ahoga con su café.
—¿Estás loco? ¿Por qué me pones al frente de la batalla?
—Porque tú me acompañaste la vez que pedí la mano de Jimin, y ahora quiero que lo vuelvas a hacer.
—Pero si mal no recuerdo te deshiciste de ese compromiso, tú solito.
—¡Jungwon! No puedes dejar que me hunda en la desgracia, aunque yo haya tenido la culpa.
—¿Y exactamente qué quieres que le diga a los señores Park?
—Primero que nada, lo arrepentido que estoy, que haré todo lo que me digan para enmendar mi error y que me permitan continuar mi relación con Jimin.
—¿Jimin ya está de acuerdo?
—No se lo he dicho.
—¡Jungkook! —Jungwon no podía creer lo que su loco hermano decía—. ¿Cómo es que el novio todavía no está enterado de que ya tiene prometido otra vez?
—Es un hecho de que Jimin me sigue queriendo... me lo ha demostrado.
—Pero tú no se lo has pedido con palabras, ¿o sí?
—¿Es necesario?
Jungwon se paró para darle un golpe en la cabeza a Jungkook.
—¡Auch! ¿Por qué me tratas como niño?
—¡Porque te portas como tal! No iré a hablar con los señores Park hasta que el mismo Jimin me diga que está de acuerdo con volver contigo.
—¿Por qué me hacen la vida tan complicada?
—Tú...
—Ya no me digas más —y se paró para salir de la oficina.
✧✦✧
Jimin daba vueltas por toda su habitación y su inquietud se incrementaba cada momento más, se escuchó que llamaban a la puerta.
—Joven Jimin, el joven Taehyung está aquí.
—Que pase, que pase —dijo abriendo la puerta y dejando pasar a un Taehyung muy preocupado.
—Minnie, ¿qué te sucede? Momo fue a verme al hospital y me dijo que no te sentías bien y que necesitabas a un doctor.
—Es que... ¡No sé que tengo! Me daría vergüenza hablar de esto con otra persona y aparte de ser un doctor, eres mi amigo.
—Agrega que nos conocemos desde los 5 años —añadió Tae para tratar de tranquilizar a Jimin.
Y como niño pequeño, Jimin se echó a llorar en los brazos de Taehyung, quien lo recibió en brazos amorosos.
—Vamos llorón dime, ¿qué te sucede?
—Jungkook.
—Uy, ¿y ahora qué te hizo ese conejo? —le dijo tomándolo de los hombros para mirarlo a los ojos.
—Nada, creo... no lo sé, mejor toma asiento, esto es largo, complicado y vergonzoso.
Jimin tomó un profundo suspiro y comenzó a contarle eso que lo había atormentado, pero por cada palabra que oía, Tae hacía un esfuerzo supremo por no reír o su pobre amigo se encerraría como una tortuga en su caparazón.
—Y desperté latiéndome el corazón como caballo desbocado, sudando a mares y... con una erección entre mis piernas después de soñar con Jungkook —dijo Jimin con la cara toda roja y mirando al piso.
—Y soñaste más que los besos de Jungkook, ¿verdad?
—Sí, ¿cómo lo sabes? ¿Ya te pasó?
—Estamos hablando de ti —dijo sonrojado—. Jim, lo que me estás contando, son cambios naturales de tu cuerpo, tu sexualidad ha despertado, y lo maravilloso de esto es que solo te pasa con mi primo Jungkook, ¿o no?
—¡Si! Y por más que trato no lo puedo evitar, esto jamás me había ocurrido cuando éramos novios.
—Porque eras un niño y ahora ya te estás convirtiendo en un hombre.
—Tae —hablaba con la mirada clavada al piso—. ¿Qué sucede después de los besos?
—¿Después de los besos?
—Sí, ¿qué sigue? Presiento que hay algo más después de los besos.
—Bueno ¿Cómo te lo digo?... Sigue la consumación del acto sexual.
—¿La consumación de... que? —preguntó perplejo.
—Ay Minnie, en que líos me metes... Pues verás, en la facultad de Medicina, nos enseñaron que sucede cuando dos personas se acuestan, ya sea hombre y mujer, hombre con hombre o mujer con mujer. Aunque eso debían enseñarnos en el colegio, pero bueno.
Jimin lo miraba con los ojos muy abiertos, y el oído atento a cada palabra de Taehyung.
—Para empezar con lo básico, tú sabes que hay ciertas diferencias físicas entre un hombre y una mujer, ¿verdad?
Jimin asintió solamente.
—Entonces, cuando dos hombres se acuestan...
Antes de continuar, lanzó un suspiro para buscar las palabras correctas, ya que Jimin era como un niño a pesar de la edad que tenía. Su madre lo había criado en una cajita de cristal, pero ya era hora que Jimin conociera la vida y el mundo.
Una vez que encontró las palabras correctas, empezó a explicarle a su inocente amigo acerca de la sexualidad, pero ni bien había empezado a hablar, Jimin estaba tan blanco como el papel.
—¿Estás seguro que los hombres tienen relaciones de esa manera?
Taehyung solo se encogió de hombros.
—Así son las relaciones entre cualquier pareja.
—Mi madre me dijo cuando me comprometí con Jungkook, que mi deber era satisfacer las necesidades de mi esposo, pero no me imaginé que esto fuera tan... doloroso.
—No creo que sea tan terrible como lo describen, algunos doctores y enfermeras casadas, me han comentado que solo fue doloroso al principio.
—¿Y qué más te contaron?
—Jim, ¿no crees que lo debemos averiguar por nosotros mismos?
—Taehyung, que cosas dices.
—Bueno, todo a su tiempo —dijo riendo—. ¿Te imaginas despertar junto al hombre que amas, compartir las cosas más íntimas?
—No creo poder hacerlo.
—A mí me parece que has dejado de ver a Jungkook de forma idílica, ahora lo ves de verdad, con sus defectos y sus cualidades.
✧✦✧
Jungkook llegaba a su casa cuando Minhyun apareció ante él.
—¡Que bueno que apareces! —tronó su voz aguardentosa, casi no se podía mantener de pie.
—Minhyun, mira en que condiciones vienes.
—Vengo como me dé la gana, necesito hablar contigo.
—¿Qué quieres?
—Quiero que me devuelvas mi herencia.
—Yo no tengo tu herencia.
—¡Si la tienes! ¡Papá dijo que te la iba a dejar a ti, antes que a mí! ¡A mí, que soy su hijo!
—No me va a dar tu herencia, Minhyun, es solo un fideicomiso, además todavía no he aceptado.
—¡Mentira! Tú te quieres quedar con nuestro dinero, con el de mi hermana y con el mío.
—Será mejor que hablemos cuando estés en condiciones, vete a tu casa.
—¡Yo no me voy a ir, hasta que me regreses mi herencia!
—No estoy para aguantar borrachos.
Y de un empellón apartó a su primo, quién trastabilló y se fue hacia atrás, dando manotazos por un intento inútil de mantener el equilibrio, y no paró hasta estrellarse contra la pared, perdiendo la conciencia.
Jungkook se alarmó y fue a su encuentro.
—¡Minhyun, imbécil reacciona!
Un sonoro ronquido, le indicó a Jungkook que su primo solo estaba desmayado, devolviéndole el alma al cuerpo, no lo había matado, en eso el mayordomo abrió la puerta ante tanto ruido que se escuchaba y se sorprendió al ver la escena.
—Jungsu, ayúdame a subirlo al coche y acompaña a Yuto a dejarlo hasta su casa, si te preguntan que le ocurrió, solo dile que estaba durmiendo en un lugar no muy adecuado.
—Si señor —el fiel sirviente inició su encomienda.
✧✦✧
Al día siguiente Jimin caminaba por la escuela distraídamente, todo lo que había hablado con Taehyung le había removido todo su interior, de pronto distinguió la figura de Jungkook hablando con algunos de sus compañeros.
—¿Cómo sabré que es amor y no sólo deseo carnal lo que sentimos Jungkook y yo? —recordó claramente—. Cuando no solo el deseo te domine, cuando sientas ternura, comprensión, deseos de ayudarle, eso es amor, cuando no necesiten palabras para saber lo que siente o piense el otro, eso también es amor.
Y lo que sintió en esos momentos fue orgullo, al ver como se desenvolvía entre sus colegas, distinguiéndose en su seguridad... y en la elegancia de sus movimientos.
Jungkook volteó al sentir una mirada, y le sonrió, Jimin regresó la sonrisa.
—¿Cómo se verá Jungkook sin su ropa elegante? —y esa loca pregunta lo asustó, porque se imaginó a Jungkook sin camisa alguna.
Se puso serio, los colores se le subieron y huyó de ese lugar, recorriendo a toda prisa el pasillo rumbo a su salón y en un mal paso, fue a dar al suelo.
—¡Maldita sea! —tomó su tobillo con las manos, pero le dio un dolor agudo e intenso.
—Jim, ¿qué te pasó? —le dijo Minho al verlo tirado en el piso—. Déjame ayudarte.
—Gracias, Minho.
Jimin trató de apoyar el pie lastimado, pero le dolía profundamente.
—Te llevaré al hospital.
—No Minho, no es necesario, sólo llévame a mi salón, es el siguiente.
Apoyándose en Minho, consiguió llegar al salón, que en esos momentos estaba vacío y Minho lo ayudó a sentarse en su lugar.
—¿Me permites?
El chico se inclinó y tomó el tobillo de Jimin, presionando en varios puntos.
—Al parecer es una torcedura muy fuerte, será mejor que te revise un doctor —le dijo mostrando una de sus sonrisas encantadoras.
—Lo haré, gracias por todo, ¿y qué tal te ha ido?
—Bien, se me ha cargado un poco el trabajo, con la fusión de la facultad y la Universidad, pero sólo es cuestión de acostumbrarme.
—¿Y... Jisung?
Vio como una sonrisa se formaba en su rostro, pero no era una sonrisa cualquiera, era una sonrisa diferente, cargada de ilusión, como si estuviera enamorado.
—El próximo fin de semana saldremos a tomar un café, como tanto se lo había prometido.
—Me alegro por los dos, ustedes har-
—¡Park Jimin! —tronó la voz de Jungkook por todo el salón.
Jimin y Minho se separaron sobresaltados ante la orden del joven millonario, por su parte el menor volteó a ver a Jungkook y en sus ojos miel encontró una furia que nunca había visto.
Jungkook solo vio lo que quiso ver: las manos de Minho en el tobillo de su Jimin, mirándole la boca y ¿y Jimin? ¡Lo estaba permitiendo!
—¿Y dices amarme? ¡Eres un mentiroso! —se dio la media vuelta y se fue del lugar.
—¡Jungkook! ¡Regresa! —Jimin quiso levantarse, pero el dolor de su tobillo y la mano de Minho lo detuvieron.
—No te muevas, te vas a lastimar más —le pidió Minho—. Si quieres, alcanzaré a Jungkook y le explicaré todo.
—No, no es necesario —respondió melancólico.
—Tal vez esto sirva para saber que tan profundo es su amor por mí.
✧✦✧
Jungkook bebía Whisky en un bar cualquiera sentado en la barra, perdía toda galanura.
—¡Qué! ¿No me invitas un trago?
Jungkook volteó a ver quién le hablaba, para encontrarse con un sonriente Yoongi.
—Idiota —le respondió.
—Imbécil —contestó el australiano sin borrar su enigmática sonrisa.
—¿Cómo me encontraste?
—Fue realmente fácil, "conejo elegante", aunque no me enorgullezco de ello, recién me había separado de Taehyung cuando me dio por visitar todos los bares de Australia, esperaba que el alcohol me ayudara a borrar de mi mente y de mi corazón su recuerdo, pero fue peor, así que supuse que tú no serías tan diferente a mí.
—Claro que somos diferentes, yo tengo clase, elegancia...
—Y testarudez.
—¿Testarudo yo? Si es ese chico que no entiende que lo traigo clavado aquí —y se golpeó el pecho.
—¿Qué te parece si te llevo a tu casa, te duermes y mañana seguimos dialogando sobre parejas?
—¡Ja... ja! Tú te crees muy experto, señor actor, traes los corazones de las personas en un puño, pero no puedes convencer a Taehyung de que se case contigo.
—¡Auch! Eso dolió, pues sí es verdad, este otro "testarudo" chico, me está costando interminables baños de agua fría y...
—¿Tú también haces eso? ¡Cantinero! Sírvale un Whisky a mi amigo Yoongi... vamos a platicar largo y tendido.
✧✦✧
Pasaron dos horas antes de que Yoongi convenciera a Jungkook de abandonar el bar, ya era de madrugada, Jeon le indicó una dirección y Min lo llevó hasta ahí, ayudándolo a bajar del auto.
—Así que esta es tu casa —dijo Yoongi admirando la arquitectura del lugar.
—No... es la casa de Jimin.
—¡Pequitas me va a matar!
—¿Quién es pequitas?
—Te lo dije hace media hora, vamos, sube al coche, te llevo a tu casa.
—No, necesito hablar con Jimin. ¿Por qué no vas tú a convencer al osito de que se case contigo? ¡Anda! Yo estaré bien.
—No te puedo dejar aquí.
—Pues no me dejes aquí, ayúdame a subir la barda, de este lado... por aquí.
—Lo haré, porque esto me ha recordado de cierto episodio de mi vida, alguien también me ayudó a entrar a una habitación —y colocando sus brazos como apoyo, Jungkook subió el pie hacia la propiedad de los Park—. Espero que entres a la habitación indicada... y no desaproveches la ocasión como yo.
Por otro lado, Jimin se movía inquieto en su cama, el dolor de su tobillo no lo dejaba dormir y el encuentro con Jungkook mucho más. De pronto un ruido del exterior lo puso alerta, algo o alguien se acercaba por la ventana, una sombra se hizo presente en el umbral de la ventana, Jimin iba a lanzar un grito, cuando la sombra cayó pesadamente al piso.
—¡Mierda! ¡Maldita cortina!
La voz conocida de Jungkook le devolvió el alma al cuerpo.
—¡Jungkook! —exclamó tratando de ahogar su voz—. ¿Qué haces aquí?
—Vine a reclamarte. ¡Zorrito coqueto!
—¡Shhh! Baja la voz, vas a despertar a mis padres. ¿Zorrito coqueto? ¿Estás tomado, Jungkook?
—¡No! Yo soy un caballero y no me emborracho —dijo con voz aguardentosa—. Solo tomé unas copitas con mi amigo Min.
—¿Tu amigo Min? ¿Desde cuándo eres tan amigo de Yoongi?
—Desde que descubrimos que a ustedes los chicos no hay quien los entienda, según ustedes nos aman tanto que estarían dispuestos a todo por nosotros y a la hora, ¡ja... ja! nos cambian por un chico de linda sonrisa.
—Kook, vas a despertar a todo mundo, vete a tu casa por favor, mañana hablaremos.
—¡No! —dijo acercándose a la cama donde se encontraba Jimin—. Primero me tienes que dar una explicación. ¿Por qué permitiste que "ese" te tocara?
—"Ese" se llama Minho, y solo me ayudó porque el muy tonto de mí, se cayó, y por si te interesa, me lastimé un tobillo, mira.
Y Jimin sacó su tobillo vendado de entre las sábanas, más comprendió tardíamente el error que cometió.
—Qué hermoso tobillo tienes —le dijo sentándose en la cama, tomando su pie entre sus manos, para después, tocar su pantorrilla.
—¡Jungkook! —tuvo que ahogar su grito ante el placer que le provocó la caricia—. ¡Suéltame! ¿Qué haces?
—Que suave piel tienes —y no lo soltó, solo se acercó más a él y tomó sus labios.
Y una vez más, Jimin le correspondió.
—Sólo debemos de no perder la cabeza y no dejarnos llevar por nuestras emociones —recordó lo que Taehyung le dijo, cuando él le preguntó hasta a donde había llegado con Yoongi.
—¡Kook, no! —y le obligó a separarse de sus labios—. No es correcto, vete a tu casa.
—Que bonito se escucha cuando me llamas Kook —comenzó a besarle el lóbulo de la oreja.
Jimin se contradecía, lo alejaba con sus brazos y su ser entero lo llamaba a que lo siguiera acariciando.
Jungkook llegó con besos al cuello de Jimin, y comprobó que su sabor lo embriagaba más que el licor que había probado, su mano ya estaba acariciando su muslo y la otra tomaba prisionera la mano de Jimin que insistía en vano en alejarlo, por el contrario las manos de Jungkook acariciaron suavemente el abdomen del menor, porque sí, justo ese día Jimin había decidido dormir sin algo encima.
Y en ese instante la puerta del cuarto se abrió y prendió la luz de la habitación.
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